El inicio del viaje
El día despuntaba bañando con su luz cada rincón del mundo,
pero aun así, en un lugar de los reinos, podía sentirse una densa oscuridad
creciendo. En un rincón del bosque al sur del continente, al pie de una tumba,
se podía ver a un joven no mayor de 17 años dormir con sus manos aferradas a
una espada muy antigua y cuya vaina estaba muy desgastada. Los primeros rayos
solares que se filtraron entre el follaje provocaron que el joven empezara a
despertar y su primera acción fue recorrer el lugar donde se encontraba con la
mirada con la esperanza que todo lo sucedido la noche pasara fuera un simple
sueño nada mas.
—Creo que si fue todo verdad…—murmuro con dolor observando
la piedra frente a él sin ningún tipo de señal o escrito en ella. Soltó un suspiro
de tristeza mientras con la punta de su espada tallaba en la roca el nombre de
su padre y un mensaje muy sencillo. “Aquí yace Ephraim, guerrero sin igual,
gran hombre, padre y esposo abnegado, que su recuerdo viva por siempre en sus
seres amados”.
—Es momento de regresar, padre vengare tu muerte, no
quedaran impunes —comento manteniendo su temple mientras tomaba la espada de su
gran héroe y la colocaba en su cintura tal como su padre siempre la llevaba.
Observo unos momentos el último lugar de descanso de su
padre, como la luz del sol bañaba la lápida resaltando las palabras escritas en
ella. Suspiro brevemente y giro empezando su marcha de regreso hacia su pueblo
pero solo sería por unos momentos, ya que esa misma tarde saldría en un viaje
para prepararse y poder enfrentar a quienes mataron a su progenitor. A pesar
que tenía prisa por dejar ese lugar, no hacía nada para acelerar sus pasos, ya
que a medida que avanzaba por el terreno, a su mente venían los recuerdos de la
noche pasada, como se suponía que solo harían un viaje de dos o tres días y
luego estarían de regreso en su hogar los dos como siempre había sido desde la
muerte de su madre.
Su marcha se prolongó por muchas horas pero finalmente llego
a el lugar por donde entro con su padre, aun se podían ver las huellas suyas y
las de el sobre la tierra provocando un nuevo suspiro en el joven. Observo por
algunos instantes las huellas pero sacudió su cabeza y continúo su marcha.
—No debo distraerme, tengo que permanecer concentrado en mi
deber —murmuro en un tono neutral diferente por completo al que usaba
normalmente mostrando un cambio bastante drástico en él.
Cuando abandono por completo el resguardo de los árboles,
noto varios lugares con charcos de agua mientras avanzaba por el camino de
tierra y piedras. Su paso era lento y algo distraído al punto que no vio un
agujero en el camino tropezando y cayendo sobre uno de los miles de charcos que
pululaban por todo el camino. Apoyo sus manos sobre la superficie húmeda y
fangosa observando su reflejo sobre el agua repleta de tierra. Su rostro había
perdido toda la calidez que algún día tuvo, una expresión neutral y unos ojos
muertos adornaban su rostro.
—Supongo que es la cara de quien a perdido todo —musito
levantándose y limpiando tanto sus manos como su ropa de agua y lodo luego de
lo cual ajusto de nuevo sus armas y retomo su marcha hacia el pueblo.
Hace un día todo ese trayecto había pasado en minutos junto
a su padre pero ahora que lo recorría de regreso sin él, se había vuelto
eterno. Finalmente luego de mucho caminar
bajo el ardiente sol, logro vislumbrar los muros blancos y algo
desgastados de la ciudad. La verdad hubiera preferido no llegar a la ciudad, ya
que no quería ser quien diera la noticia que el único guerrero del pueblo había
caído muerto en el bosque durante un viaje de exploración pero algo le decía
que no tendría que hacerlo ya que a medida que se acercaba lograba ver leves
columnas de humo brotar de todo el pueblo.
Preocupado acelero su marcha solo para encontrarse con un
escenario que aumento su rabia todavía más. Frente a él su hogar se encontraba
en ruinas, los edificios estaban carbonizados y algunos aun ardían o soltaban
leves columnas de humo mostrando que el incendio se había consumido no hace
mucho, apretó sus manos con enojo mientras entraba en lo que alguna vez fue su
hogar buscando algún sobreviviente a tremenda destrucción. Sus pasos lo
llevaron por cada casa y negocio pero no encontró nadie, ni cuerpos ni nada,
era como si hubieran desaparecido por arte de algún hechizo, al menos eso era
en todos los edificios menos en el principal donde vivía el líder de ese
pueblo.
Despacio se acercó al edificio antes tan majestuoso, ahora solo quedaba una
estructura carbonizada, aun con fuego en algunas partes pero de pie gracias a
que fue construido con piedra y no madera. Con cuidado retiro los escombros que
bloqueaban la puerta y entro en el recinto encontrando el cuerpo del alcalde
con muchas quemaduras. Se acercó a él y noto que seguía respirando, rápido uso
su camisa para formar una almohada improvisada mientras traía un poco de agua
que encontró en la cocina y trataba de calmar el dolor del anciano.
— ¿Señor que fue lo que sucedió aquí? —cuestiono el joven
observando los ojos del anciano mientras pasaba el trapo húmedo por su rostro
limpiando las quemaduras y todo rastro de cenizas de la piel del pobre hombre.
— ¿Eres tú el hijo de Ephraim? —pregunto el hombre tosiendo
un poco por todo el humo que llenaba sus pulmones acercándolo cada vez más a la
muerte.
—Sí señor, yo soy su hijo, dígame por favor ¿Qué sucedió en
el pueblo? ¿Quién hizo esto? —cuestiono apremiante tratando de obtener alguna
información antes que ese hombre tan bueno y justo, cayera en el sueño eterno
como suponía le había pasado al resto del pueblo.
—Unos bandidos, nos atacaron en la noche, consigo llevaban
hechiceros, magos de un reino que todos pensábamos había sido destruido pero,
cof cof, al parecer no fue así –murmuro tosiendo esta vez mas fuerte comenzando
a mostrar problemas con su respiración. El hombre tomo unas bocanadas de aire
con tal esfuerzo que parecía que su vida se iba en cada una de ellas. —Eran
muchos, realizaron un hechizo muy extraño y toda la gente del pueblo
desapareció, solo quede yo debido a un amuleto que me dio mi madre hace mucho,
ellos quemaron el pueblo, lo consumieron todo y luego vinieron por mí —murmuro
cada vez más débil mientras buscaba entre sus ropas quemadas un pedazo de tela
que había logrado tomar de uno de los asesinos.
—Este es su símbolo, llévaselo a tu padre, el sabrá como dar
con ellos…. —murmuro dejando en la mano del joven un pedazo de tela quemado
antes de caer muerto por sus heridas. La tela estaba quemada casi por completo
pero aún se lograba distinguir la misma insignia de los mercenarios que habían
matado a su padre.
—Mi padre no vive más, pero yo los encontrare y acabare con
ellos… —murmuro sabiendo que el hombre ya no podía escucharlo sintiéndose más
furioso que antes al ver que no solo tomaron a su padre sino también su hogar.
Llevo al hombre con el hacia el patio del edificio, recostó
el cuerpo sobre la tierra y empezó a cavar una tumba para el anciano. Le tomo
un par de horas pero cuando estuvo
lista, tomo el cuerpo del hombre y lo bajo con cuidado dentro de la tierra
hasta recostarlo en el fondo. Volvió a cubrir el agujero con tierra y ofreció
una oración silenciosa para el alcalde de su hogar, cuando termino todo giro y
salió del edificio hacia la plaza principal del pueblo.
Camino algunos metros hasta una casa totalmente en ruinas,
recorrió los escombros hasta el patio de la misma viendo una tumba. Se
arrodillo frente a ella y recorrió la
lápida con las yemas de sus dedos sonriendo con algo de tristeza.
—Madre, perdón por no
traer a papá a tu lado, pero tranquila él está en lugar muy hermoso, igual que
este —murmuro en conjunto con unas palabras antiguas restaurando la vida de las
plantas y los árboles. Se levantó viendo el lugar de descanso de su madre de
nuevo hermoso y sabiendo que siempre estaría así comenzó su marcha a la salida
del pueblo.
Camino esta vez de forma apresurada hasta llegar a la
entrada principal del pueblo donde solo quedaban las ruinas de las torres de vigía.
Paso junto a los escombros y giro una vez más mirando por última vez su hogar, soltó
un suspiro y se encamino hacia el frente siguiendo una ruta que jamás había recorrido,
no sabía a donde lo llevaría este viaje que iniciaba pero no importaba donde
terminara, vengaría la muerte de su padre y la destrucción de su hogar, no habría
lugar en la tierra donde esos mercenarios lograrían esconderse de él.
Bueno, algunos detalles de edición si le faltan, pero ya sabes como es mi TOC Edu. Por lo demás, estoy de nuevo intrigada de saber el nombre del chico, pero eso creo que lo irás rebelando después. Por otro lado, por alguna razón Ephraim me suena familiar en ti *w*. Buena narrativa, buena descripción, me encanta que siempre puedes hacerme imaginar las cosas como si estuviera ahí, no todos pueden hacerlo. Espero el siguiente capítulo con ansias *w*.
ResponderEliminarMe he quedado encantada con el capitulo,donde descubrimos nuevos motivos para la futura venganza y nos das una atisbo mayor del personaje. El muchacho domina la magia. Me encantó, me encanta como escribes y trasladas al lector como si fuera parte de la escena. Algun que otro detalle de repetición al narrar, pero fuera de eso, excelente.
ResponderEliminarO.O.....T_T ahora toda la aldea fue destruida....buaaaaa T_T y seguimos sin saber como se llama el chico u.u.....aun que la pregunta que me hago es ¿qué camino elegirá si del bien o del mal? ya que quiere vengar a su padre y ahora a la aldea, ¿no?
ResponderEliminarEspero al próximo capítulo XD
Nat
O.o SI lo que yo digo eres el mejor y cada vez me tienes mas intrigada y como ya te dije por el skype me recuerda a cierta persona jajajajajjajaja. A la espera del siguiente capitulo. uN besazo y ya nos hablamos mi angelote
ResponderEliminarLetiPu
o.o pobre chico y pobre gente...ahora que pasara? me gusta mucho, pero tu ya sabes que me encant leerte, voy corriendo a leer el otro owo
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